Vicente Tirado del Olmo realiza a través de su proyecto expositivo ‘Visita guiada’ —que se puede visitar en la galería Cànem— una crítica en toda regla, un toque de atención, sobre un fenómeno turístico sin precedentes, el llamado «turismo negro».
¿A qué nos referimos cuando hablamos de «turismo negro»? ¿Por qué atrae a millones de personas al año? ¿Y desde cuándo se ha convertido en un negocio? Éstas son sólo algunas de las preguntas que el artista se cuestiona y pone en entredicho a través de su obra.
Para entender mejor esta propuesta, cabe reseñar que el «turismo negro» es aquel que se organiza para visitar lugares o zonas relacionadas con la muerte, el dolor y la tragedia humana a gran escala, como Auschwitz, la Zona Zero de las Torres Gemelas o la prisión de Alcatraz, entre otras, que actúan como fenómenos de masas. ¿Morbo? ¿Resiliencia? ¿Conexión? No sabría afirmar el por qué, pero da la sensación de que el ser humano necesitara aproximarse a cualquier vivencia cercana a la muerte en busca de algo. De alguna manera, uno se siente insignificante e impotente, la tristeza y la desolación te inundan a la par que logran cierta inmunidad contra dichos sentimientos, descontextualizando el dolor y el horror de la guerra, convirtiéndolo en un simple «parque de atracciones».
Del mismo modo, la presente muestra, que permanecerá abierta hasta el 24 de junio, también se hace eco de la correspondencia que mantuvo el científico Albert Einstein con el «padre» del Psicoanálisis Sigmund Freud, un intercambio epistolar e intelectual en el que se preguntaban sobre el por qué la guerra, o si es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de su psicosis de odio y destructividad. Freud escribió sobre el apetito de odio y destrucción que el hombre alberga en su naturaleza, así como del instinto de agresión y autodestrucción que explican las innumerables crueldades que el ser humano ha cometido a lo largo de la historia. Así que puede resultar obvio que, después de superar uno de los periodos bélicos más notables de la historia contemporánea de occidente, el ser humano sienta una atracción y fascinación por todo aquello que esté relacionado con la guerra.
Asimismo, podríamos decir que este proyecto del castellonense Vicente Tirado del Olmo indaga sobre las raíces de este fenómeno «inherente» de nuestra naturaleza, al tiempo que plantea una reflexión sobre el propio individuo contemporáneo, que parece encontrar respuestas a sus inquietudes únicamente a través del consumo en masa. Y todo ello lo hace presentando sus obras en polípticos a modo de escenario con las principales contiendas del siglo XX: Oradour sur Glane, Omaha Beach, Ypres, Vimy Ridge, Breendonk, Belchite y Sachsenhausen. Los polípticos, a su vez, están compuestos por nueve fotografías ordenadas siguiendo un patrón fijo, es decir, casi todas las composiciones presentan huecos en una parte u otra. En ellos se plasman las visitas guiadas a campos de batallas, sus memoriales, cementerios… transformados en «parques temáticos». De este modo, el artista deja constancia de la mayor revolución turística del siglo XXI, reflejo de la sociedad postmoderna y de la globalización. Una sociedad que conmuta el dolor y la violencia en placer; puro entretenimiento para el típico ciudadano occidental —estándar—, que está acostumbrado a mirar la crueldad de las guerras del tercer mundo en la pantalla de televisión mientras cena.
En definitiva, es esta una muestra que pretende sacudir y alertar al espectador sobre la pérdida de humanidad e insensibilización que se padece actualmente en el mundo, y que hace que el público reflexione sobre el futuro de la sociedad.
