Distintas técnicas para un mismo fin, recrear el volumen. Ya sea a través de la pintura o la escultura, Rafa De Corral y Beatriz Díaz Ceballospresentan en Vila-real sus últimos trabajos englobados dentro de la II Mostra d’Arts Multidisciplinars, Volum, en el Convent, Espai d’art. Acompañados de música, teatro y danza la exposición gira en torno a las figuras geométricas del primero en contraposición a las formas orgánicas de la segunda. Arquitectura y escultura reproducida a través de una perspectiva cónica versus esculturas formadas de papel en forma de árboles. Figuras inventadas frente a naturaleza muerta solo renacida por la vida que le otorgan los libros.
Construcción de espacios
Las obras de Rafa De Corral sumergen al espectador en un mundo hipnótico que lo atrapa de inmediato. Sus formas, sus espacios y sus figuras imposibles, pero sobre todo su color y sus puntos de luz, hacen de estas obras algo irresistible para el ojo expectante por descubrir los misterios que se esconden en cada una de ellas. Líneas infinitas y truncadas que Rafa De Corral plasma en sus trabajos. Cielos y planicies habitados por figuras geométricas, volumétricas, casi escultóricas que parecen someterse a formas arquitectónicas, pétreas, macizas y firmes pero a la par orgánicas y vivas que crecen y se mueven a su antojo por un espacio libre tan solo condicionado por la dimensión.
La presente exposición, confeccionada en diferentes partes, deja palpable el sentido evolutivo de la misma, desde figuras más estancadas y amarradas a una realidad tangible a otras libres y volátiles que vuelan sin rumbo fijo, sin un destino aparente. Figuras imposibles flotantes, casi etéreas en un infinito utópico. Uno centra su atención en cómo la percepción visual de figuras aparentemente correctas y posibles en dos dimensiones son imposibles de realizar fuera de un plano. Aunque el planteamiento inicial no sea el correcto, nuestra percepción nos dice que sí lo es. Se componen de formas que engañan al espectador gracias al equilibrio que proporciona el color. De Corral juega con los diferentes efectos visuales desde dos disciplinas –la pintura y el audiovisual–, lo que le permite crear diversas sensaciones simultáneamente.
Su obra, abierta a múltiples interpretaciones, ofrece espacios contradictorios, interrumpidos por distintos cuerpos que distraen e invitan a reflexionar sobre nuestra propia conciencia. Digamos que actúan de puente, trasladan al público a un estado íntimo, puro, en el que solo existe el aquí y ahora. Conecta con un mundo libre de interpretaciones que tan solo nos pertenece a nosotros, cediéndonos el gran poder de determinar y sentir la obra sin intrusiones ajenas que distorsionen nuestras primeras impresiones.
Las esculturas de Beatriz Díaz Ceballos poseen una presencia enigmática que crea lazos con la actividad sociocultural mediante la naturaleza simulada, disfrazada, en la urbe asfáltica casi deshumanizada. Árboles –sin hojas– inertes, que nacen del sustrato que los cobija –los libros– y que cobran vida gracias a las palabras que los conforman. Naturaleza muerta revitalizada por la creatividad literaria y la poeticidad que los envuelve. La arbitrariedad en zigzag es natural y hace que los espectadores fluyan más cómodamente con la obra, como si de un bosque de verdad se tratase.
Interesada por los materiales naturales como la madera o el papel, la artista recrea la misma arboleda de donde surgen los mismos materiales que utiliza para dar vida a su bosque. “Mis árboles son historias, son mágicos”, comenta, y añade que representan el ciclo de la vida. La vida es circular, es movimiento y solo en medio de la naturaleza, sumergido completamente en ella, uno es consciente de su inmensidad y su supremacía. Un poder capaz de minimizar cualquier inconveniente y complejo que se ve ensombrecido y empequeñecido ante su grandeza y esplendor. Un arbolado artificialmente orgánico, estático pero a la par dotado de un dulce y ligero movimiento pendular. Árboles que crecen y giran creando un juego único de luces y sombras que acompañan al visitante, que siente en esta exposición una vinculación especial y mágica con la sala.
En definitiva, esta es una ocasión única donde sentir el poder de la evocación que poseen ambos artistas con técnicas y estilos totalmente diferentes pero complementarios que conviven y comparten el mismo halo de reflexión e introspección interior.