
Teresa Herrador representa el espíritu emprendedor de los jóvenes artistas que se ven exiliados a trabajar en el extranjero. Castellonense y berlinesa de acogida, esta artista visual e ilustradora nos abre las puertas y nos relata cómo está siendo su última experiencia mediante esta modesta entrevista en la que nos revela el trabajo que se encuentra realizando en Berlín y qué le ha llevado hasta allí. Muchos de ustedes la recordaran por su participación en las becas Hàbitat Artístic del Ayuntamiento de Castellón y por su aportación e intervención en el Anfiteatro del Torreón de Benicàssim.
Desde que acabó su carrera de Bellas Artes en la Universitat Politècnica de València, hemos podido disfrutar de una carrera sólida e incipiente que empezó a germinarse de muy pequeña porque “quería aprender cómo se creaban las imágenes”, como ella misma confiesa.
Conocida por series como ‘Interacciones con el otro. Cuaderno de viaje’ 2006-2007’, ‘Impreso en la memoria’ 2009, ‘En el bosque’ 2011, ‘Catálogo de excusas’ 2011, ‘Aventuras’ 2012 o su último trabajo, ‘Oasis’ 2013. Resta decir que esperamos seguir muy cerca los logros de esta prometedora trayectoria artística que ya ha despegado internacionalmente.
Pregunta: ¿Cuándo supiste que querías dedicarte al mundo del arte?
Teresa Herrador: De pequeña me entretenía mucho dibujando, y de adolescente decidí estudiar Bellas Artes porque quería aprender ‘cómo se creaban las imágenes’. Durante la carrera no me preocupé por la parte lucrativa del arte: me limité a disfrutar de lo que aprendía y a probarlo todo. No fue hasta que acabé cuando quise dedicarme a ello de forma más profesional.
P: El haber crecido en una ciudad pequeña, de tradición rural, como Castellón te ha permitido obtener una visión sobre el arte diferente, quizás más preciosa en el sentido de ‘tesoro’, como algo que hay que buscar y mimar.
T. H.: A todos nos influye el entorno en que crecemos, para lo bueno y para lo malo. Ciudades más grandes como Madrid o Barcelona tienen una oferta cultural muy amplia, que las ciudades pequeñas no tienen. Sin embargo, Castellón, por su situación geográfica, ofrece una conexión más inmediata con el paisaje, y eso me ha hecho apreciar el valor de la tierra, tener una visión un tanto romántica, ligada al entorno físico natural.
P: En nuestra contemporaneidad ¿qué crees que significa ser artista? Y tú ¿Cómo te definirías?
T. H.: Es una pregunta difícil. Diría que hay muchas maneras diferentes de ser artista, y que en todo caso, en mi opinión, y dicho de forma muy resumida, el artista trata de traducir, con su propio lenguaje, una visión propia del mundo. Yo me siento más cómoda con el término ‘dibujante’, porque mi manera de producir imágenes se mueve más en ese terreno. No me interesa tanto proponer un punto de vista radicalmente innovador en el arte; yo creo que mi trabajo se enmarca más bien en la poética de un artesano.

P: En los últimos años has decantado tu trabajo al del mundo de la ilustración ¿Moda? ¿Pasión? ¿Te sientes más cómoda en él? Algunos artistas y especialistas siempre hacen hincapié en trazar la línea entre artistas e ilustradores ¿Qué opinas al respecto?
T. H.: Esta evolución ha ocurrido de forma natural. Me he ido dando cuenta de que las imágenes que realizo a partir de ideas propias parecen pertenecer a un texto, aunque éste no exista en un principio. Yo diría que esa línea es difusa. Para mí al final lo importante es crear imágenes que contengan significado, que no sean mero envoltorio, estén dentro de la categoría ‘arte’ o ‘ilustración’.
P: Si incidimos en el tema de ayudas artísticas: becas, concursos… ¿cuál sería para ti el formato ideal? ¿Son necesarias? En relación oferta, demanda y calidad ¿Qué tienes que decir a favor o en contra? En el 2012 viviste la experiencia de las becas Habitat Artistic del Ayuntamiento de Castellón ¿Qué cambiarías o mejorarías?
T. H.: Las becas, en mi caso, me han permitido seguir formándome y desarrollando mis proyectos sin preocupaciones económicas, por eso creo que el hecho de que existan es una buena manera de apoyar la creación libre. En este sentido creo que son necesarias. En cuanto a las becas Hàbitat, me parece estupendo que ahora la convocatoria se abra a todas las disciplinas, no solo pintura, y que se convoque una beca para el extranjero. No cambiaría nada, creo que el propio formato de las becas ha ido adecuándose cada vez más al panorama del arte actual en cada edición.
P: Volviendo a tu trabajo, ¿Sigues alguna rutina de trabajo? ¿Eliges los materiales según la idea a desarrollar? Si tuvieras que elegir entre el lienzo y el papel ¿con cuál te quedarías?
T. H.: Mi rutina de trabajo consiste en seguir un horario. Lo que ocurre en ese tiempo depende del proyecto que esté desarrollando. A veces solo dibujo, otras también busco referentes, leo, escribo notas… Normalmente hago bocetos en torno a una idea, apoyándome en otras imágenes, para al final pasar a la imagen final. Uso preferentemente acuarelas, lápices y temperas o acrílicos sobre papel. A veces doy por terminada la imagen al ‘natural’, y otras sigo trabajándola en Photoshop.

P: Llevas ya algún tiempo viviendo en Berlín, hablamos de exilio voluntario en busca de un mayor número de oportunidades. ¿Tienes pensado volver en un futuro? ¿Cómo es vivir y trabajar en el extranjero? ¿Sientes que los artistas están más valorados fuera de España?
T. H.: Hace unos años, cuando vine a Berlín a visitar a una amiga, decidí que era el lugar que elegiría para vivir si tuviera que hacerlo. No solo por no haber aparentemente crisis, sino por la combinación de esa sensación de espacio, de libertad y de cercanía con la naturaleza que se respira en un simple paseo en bici, junto con una oferta cultural muy variada. Ahora que vivo aquí, disfruto muchísimo de la ciudad, y pienso que sí, que hay más oportunidades laborales y un mayor respeto y apoyo de la sociedad y de las instituciones por la cultura y el arte. Pero para mí, al menos de momento, es una estación de paso. Aun habiéndome hecho con el idioma y superado el choque cultural, se hace duro estar lejos de tu entorno más próximo (familia, amigos…) y de la cultura mediterránea.
P: Si no me equivoco estás trabajando en Berlín en talleres de ilustración ¿Cómo surgió la idea de impartir estos talleres? ¿Cómo artista cómo afecta en tu trabajo? Me refiero a si estas experiencias te enriquecen artísticamente hablando…
T. H: Al poco de llegar empecé a dar talleres de grabado en ESDIP_Berlín y de ilustración en el Instituto Cervantes de forma más o menos continuada. Es una manera de continuar con lo que venía haciendo en mi estudio de Castellón. Suponen una buena oportunidad de compartir conocimientos y obtener un feed-back directo. Lo mejor para mí es la parte comunicativa de los talleres. Por un lado, me gusta tener mi espacio de soledad para crear, pero por otro, tengo también un carácter muy social y una necesidad de estar en contacto con otras personas en mi día a día. Y eso es algo que te ofrece la docencia. A veces, incluso, los beneficios van más allá, y obtienes amistades, nuevos proyectos y colaboraciones…
P: Por último, si tuviese que confesar que te mueve e inspira en tu trabajo… ¿Libros? ¿Música? ¿Cine? o ¿Arte?
T. H.: Intento estar al día de lo que se mueve en las artes, tanto en la literatura, como en las artes plásticas, la danza, el teatro o la música. En Berlín la oferta cultural es inmensa y disfruto mucho pudiendo acceder a ella. Al final, todo lo que se bebe de la cultura te influye y te inspira, pero también suelo mirar mucho dentro de mis propias sensaciones y vivencias para trabajar a partir de ellas.